miércoles, 4 de julio de 2012

La visión del cineasta: Un paseo por el Video-Club

Encerrada (The Ward) de John Carpenter

 Muchos años han pasado ya desde que John Carpenter hiciera su primera película, 38 exactamente. No paró desde entonces. Diecinueve películas y nueve años después de la última, el maestro nos trae “Encerrada” (The Ward).

 Si algo ha demostrado Carpenter es su increíble facilidad para adaptarse a cualquier tipo de subgénero dentro del fantástico, todo gracias a su prodigiosa capacidad para manejar cada una de las artes de la dirección. Evidentemente como cualquier autor que se precie ha tenido altibajos, pese a ello nunca jamás ha traicionado su espíritu visual, narrativo y referencial… hasta “Encerrada”. Carpenter después de que las primeras críticas fueran demoledoras y la taquilla le fallara no se calló la boca: “Esta es la película que he querido hacer y al que no le guste que se joda”. Esa frase dice mucho más de la personalidad de Carpenter que toda su película: blanda en el aspecto visual, blanda en el aspecto narrativo, blanda en el aspecto conceptual, blanda, tópica y hasta cobarde en su resolución. Carpenter siempre ha sido un outsider, un director que me ha dado razones de sobra para creer en su cine… y defenderlo. Y es que hasta productos tan difíciles y criticados como Fantasmas de Marte son defendibles gracias a los matices sumergidos que componen el corazón de toda su obra. “Encerrada” carece de esos matices, no hay nada más que lo que vemos. Carpenter ya lo dijo: “Me apetecía rodar una película rodeado de chicas”. Doy por hecho que ese es el concepto, pero me es imposible asimilarlo con la misma facilidad que puedo asimilar cualquier otra de fantasmas interpretada por chicas, sencillamente porque de Carpenter siempre espero más.

 Escribo estas líneas escuchando una recopilación de sus mejores temas… ni de su música he podido disfrutar en esta película. Y aunque la partitura de Mark Killian raya a una muy buena altura, superior al conjunto de la película en sí, sigo echando de menos los sonidos Carpenter. Ni eso John.

 Puedo distinguir frustración detrás de sus palabras y cansancio detrás de la obra, y puedo comprenderlo, ya que Carpenter es un hombre golpeado por una larga enfermedad, por la política de Hollywood, y por la prematura e inesperada pérdida de su socia, amiga y confidente, Debra Hill. Pero hay un momento en el que todo artista debe de plantearse la retirada conciente de que no puede ofrecer más y preservando así su recuerdo. John Carpenter no es de esos, y me alegro por ello.

1 comentario:

  1. No la he visto, pero la versión de Carpenter que a mi me cautiva es su aportación al terror, ya casi clásico. "La noche de Halloween", "La Cosa", y "El pueblo de los malditos" estarán siempre entre mis predilectas.

    Saludetes!

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